domingo, 11 de septiembre de 2011

leyendas y mitos

LEYENDA DEL MOLE POBLANO.


El cocinero principal era fray Pascual, que ese día corría por toda la cocina dando órdenes ante la inminencia de la importante visita. Se dice que fray Pascual estaba particularmente nervioso, y que comenzó a reprender a sus ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina.

El mismo fray Pascual comenzó a amontonar en una charola todos los ingredientes para guardarlos en la despensa, y era tal su prisa, que fue a tropezar exactamente frente a la cazuela, donde unos suculentos guajolotes estaban ya casi en su punto.

Allí fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas especias, echando a perder la comida que debía ofrecerse al Virrey.

Fue tanta la angustia de fray Pascual, que éste comenzó a orar con toda su fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la mesa.

Un rato más tarde, él mismo no pudo creer cuando todo el mundo elogió el accidentado platillo.

Incluso hoy, en los pequeños pueblos, las amas de casa apuradas invocan la ayuda del fraile con el siguiente verso: "San Pascual Bailón, atiza mi fogón".

*** Cuenta la leyenda que este era un cocinero que un día llego un visitante muy importante y entonces se puso muy nervioso y iba a dejar ingredientes  cuando se tropieza y caen a la preparación del chef y todos eligieron ese accidentoso platillo
GABRIEL MEZA VELIZ

La leyenda de la mujer de negro
En Naranjillos había una muchacha muy guapa que acababa de quedar huérfana. Un día, una amiga suya llegó a contarle que habían visto a su madre en el camino del Barrial, cerca del pueblo. La muchacha no creyó lo que su amiga le dijo, “está bien muerta y enterrada” –le contestó-. Sin embargo, su amiga no había sido la única en ver aquella aparición, muchas señoras del pueblo se encontraron en el camino del Barrial a la señora vestida de negro; sucia, enlodada y con el pelo enmarañado. Le preguntaban quién era o a quién buscaba, pero la mujer de negro no contestaba, todos creían que era muda.

Seguían viendo a la
mujer deambulando de arriba para abajo en el camino del Barrial y la gente empezó a comprender que era un alma en pena. La amiga de la muchacha fue a hablar con ella:

“Es tu
mamá, estoy segura” –dijo la amiga-.
“Pero si está muerta” –aseguraba la
muchacha-.
“Es ella, seguro anda penando... ¿has cuidado bien a tus hermanos?” –Inquirió con algo de timidez-. A la muchacha no le agradó la pregunta, y poniéndose nerviosa se fue. Al día siguiente una señora del pueblo se encontró con la muchacha que traía cara de desvelada y, en general, un aspecto deplorable.

“¡A ver si vas dejando a ese hombre casado!” –espetó de pronto la señora. “Ve a cuidar a tus hermanos y deja descansar el alma de tu madre que anda en pena”. La muchacha se estremeció, ya que efectivamente era la amante de un señor casado y se pasaba con él toda la noche, de modo que en las mañanas no se encontraba en condiciones de atender a sus hermanos ni de salir a trabajar.

Acongojada, decidió ir al camino del Barrial a comprobar si era cierto lo que le decían. Al llegar, encontró a la mujer de negro, se acercó y la reconoció; era su madre. La mujer se puso a llorar; no le dijo nada, pero la muchacha sentía que su madre lo sabía todo, siempre había sido así, adivinaba sus emociones y sus pensamientos. La mujer de negro calmó su llanto y se perdió en el fondo del camino. La muchacha sintió el vacío que dejó su madre y advirtió la súplica que su llanto llevaba.

Con la intención de librarse de la culpa, fue a buscar a su amante y le dijo que no volvería a verlo más, luego fue a su casa y prometió a sus hermanos que nunca los dejaría solos.

Ese fue el último día que la mujer de negro se apareció en el Barrial, camino de Naranjillos.


****dice la leyenda que era la mamá de una muchacha entonces murió pero la muchacha  estaba con un amante y su mamá se aparecía dijo la muchacha que ya no andaría con él y su mamá se dejo de ver
GABRIEL MEZA VELIZ

MITOS:
PEREGRINACIÓN A LUGARES DE DEVOCIÓN O SANTUARIOS MARIANOS
Era habitual en los campos él no sacar al niño a la calle hasta pasada la cuarentena o hasta que se bautizase, para llevarlo a la Iglesia del lugar o bien a alguno de los santuarios de la región: la Santa en Totana, el niño de Mula, el niño de Bullas, el Santuario de Caravaca de la Cruz, el santuario de Calasparrra, etc.

*** Dice que los niños no se pueden sacar a la calle  hasta la cuarentena
GABRIEL MEZA VELIZ